Quizá a pocos les interese pero quiero contarlo. Este que pasa, fue un año de muchos contrastes para mí. Por un lado el espirítu de lograr todo lo propuesto estuvo siempre presente, pero por otro, me abatía el desanimo por ver que en ocaciones la llama en la que depocito todas mis expectativas, se debilitaba y amenazaba con apagarse y apagar ese espiritu emprendedor que siempre me ha acompañado. ¿La razón? Los obtáculos naturales de la vida, que para unos se presenta con mayor dificultades que para otros, pero que finalmente está en cada uno en diseñar estrategias de combate.
En cada uno de esos momentos de prueba, siempre conté con la compañía de personas que han estado con migo y han logrado estabilizar mi ánimo. En cada uno de esos momentos, me dí cuenta que debo creer en mi, en mis capacidades, en lo que soy y en lo que quiero ser; me di cuenta que la desesperación es la perdición de la razón y que lo mejor es calmarse y pensar que hacer. Me di cuenta que al final todo se resuelve y que ese tiempo en el que pude estar en desanimo dejé de hacer muchas cosas para cambiar el panorama, me di cuenta que como en el fútbol, en el último minuto se gana el partido.
Este fue un año de prendizaje, luego de subir, bajar, bajar y subir me di cuenta que puedo hacer cosas que no creí que podía hacer, y que muchos pensaban que no podía hacer. Creo que este año fue un año para aprovechar las oportunidades y prepararme para lo que sigue ¿Y qué es lo que sigue? No sé. La vida se va construyendo paso a paso sobre una base, la que llamamos Proyecto de Vida, y donde fijamos nuestra mirada y paso a paso construimos el camino para poder llegar.
El 2013 será un año en el que debo aplicar todo lo aprendido en 2012. Empiezo este nuevo año con altas expectativas y con ganas de comerme al mundo, dispuesto a todo y sin miedo.
Se que no es relevante ni importante para muchos pero quise compartirlo. Es MI OPINIÓN.
